Alimentando una necesidad con amor
Era 1975, y Monseñor Robert J. Coll de Allentown, Pensilvania, tuvo una idea sobre cómo acabar con el hambre en el mundo: traer el problema a casa y recaudar algo de dinero en el proceso.
Como le dijo a la revista People en 1976, él quería que los estadounidenses bien alimentados estuvieran temporalmente “lo suficientemente hambrientos como para sufrir”, para que supieran cómo “500 millones de nuestros queridos seres humanos se sienten los 7 días a la semana”.
Entonces nació lo que ahora es Plato de Arroz de CRS. Pidió a las familias comer una “comida de sacrificio” y poner el dinero que ahorraron comiendo de manera económica en sus platos de arroz de cartón. Así como su sacrificio los llevó a comprender el hambre, sus donativos ayudaron a alimentar a los que sufren de hambre.
Jim DeHarpporte, de Catholic Relief Services, quien trabajó en India en ese tiempo, recuerda esa colecta inicial de Plato de Arroz, que recaudó 25,000 dólares.
“Los fondos proporcionados por Plato de Arroz se usaron para comprar trigo y lentejas”, dice DeHarpporte, ahora director regional de CRS para la Costa Oeste. “Debido a la pobreza en Calcuta, la mayoría de los niños sufrían de bajo peso al nacer y fueron amamantados mucho tiempo después de necesitar alimentos complementarios”.
Justo cuando Plato de Arroz estaba adquiriendo velocidad, el 41° Congreso Eucarístico en Filadelfia lo ayudó a ganar el reconocimiento nacional. Maureen McCullough, ahora directora regional de CRS para el Nordeste/Atlántico Medio, recuerda cómo los planeadores del Congreso esperaban que las comidas de Cuaresma de Plato de Arroz de CRS y las comidas Eucarísticas se enriquecieran mutuamente. Muchos obispos lo vieron como una forma de ayudar a que la mesa familiar se convirtiera en el altar familiar.
Fue en el segundo día del Congreso que se lanzó Plato de Arroz. La Madre Teresa vino de Calcuta y dirigió a los asistentes en una ceremonia simbólica y devota para compartir el pan. “Recordó a todos que estamos llamados a abrir nuestros corazones y nuestras vidas a las necesidades de los demás”, dice McCullough. “Cuatro décadas después, creo que Plato de Arroz de CRS hace justamente eso para todos los que participan”.
Plato de Arroz de CRS rápidamente se expandió a un programa nacional. De los fondos recaudados, el 75% se enviaron al extranjero y el 25% ayudó a los esfuerzos locales de alimentación. En Seattle, el director diocesano J.L. Drouhard dice que el programa recaudó más de 72,000 dólares ese primer año.
“CRS realmente considera a las diócesis, parroquias y escuelas como socios en su misión, un modelo que ha creado una propiedad única por parte de nuestra gente. Lo consideran su programa cuaresmal de solidaridad”, dice Drouhard. “Mis hijos crecieron con Plato de Arroz como una característica sacramental de su educación católica. Durante la Cuaresma, siempre viajábamos con cajas de Plato de Arroz en el maletero de nuestro automóvil, listas para ser entregadas en las parroquias donde se habían acabado. Los niños han crecido, se han mudado, pero esperan que para el Miércoles de Ceniza les llegue un plato de arroz enviado por correo personalmente por su padre”.
Hoy en día, Plato de Arroz de CRS involucra a millones de católicos de todas las edades cada año. Ha recaudado más de 250 millones de dólares hasta la fecha.Las monedas de cinco, diez y veinticinco centavos que se recolectaron por primera vez en Allentown ahora tienen un legado que repercute en todo el mundo.
De hecho, DeHarpporte observó ese subsidio inaugural en Calcuta lanzar el Instituto para niños necesitados, que se enfoca en la desnutrición infantil. “CINI todavía está sirviendo a los pobres en India. Plato de Arroz de CRS puede estar orgulloso de que este instituto comenzó con fondos aportados por ese primer subsidio de Plato de Arroz en 1975”.
Nuestra Pasión
Durante este mes de amor, estamos llamados a aceptar a nuestros prójimos en todo el mundo. Y entramos en la caja de “Plato de Arroz” para ver cómo se ven más de 40 años de compromiso cuaresmal.
Ayudando al Refugiado a no Convertirse en Uno
Tal vez la mejor manera de atender el llamado del Papa Francisco a “compartir el viaje” de los migrantes y refugiados es ayudar a garantizar que ese viaje nunca tenga que comenzar. Millones han sido expulsados de sus hogares por la violencia, la pobreza, la opresión, la sequía, las enfermedades y la desesperación. Ellos no querían abandonar sus hogares, sus seres queridos. Muchos no pudieron ver otra opción más que ir en busca de seguridad y dignidad. Por lo tanto, gran parte de nuestro trabajo en Catholic Relief Services tiene como objetivo ofrecer a las personas otra opción. Un buen ejemplo de eso es Plato de Arroz de CRS.
Fundado en 1975, Plato de Arroz de CRS cada año pide a los fieles católicos que hagan un sacrificio por sus hermanos en el extranjero. Ese dinero no solo entrega alimentos—entrega semillas, herramientas, técnicas y capacitación que ayudan a las familias a permanecer juntas. Debido a que pueden cultivar alimentos suficientes para comer y vender, un padre ya no migra a la ciudad para trabajar. Un hijo no se sube a un barco con fugas con la esperanza de llegar a Europa para recibir un sueldo que se puede enviar a casa. Una hija evita a los traficantes de personas.
CRS trabaja en países de todo el mundo, compartiendo el viaje de muchas familias desplazadas. Sabemos que fueron expulsados de sus hogares por circunstancias fuera de su control. Por lo tanto, a través de programas como Plato de Arroz de CRS, tratamos de ayudar a las personas a recuperar el control de su futuro enfocándonos en construir la paz, perforar pozos, distribuir semillas, organizar grupos de ahorro, restaurar la tierra vegetal y, en resumen, ayudar al refugiado a no convertirse en uno.